La verdadera relación de Marilyn Monroe con Arthur Miller



    La historia de la vida de Marilyn Monroe vuelve a ser noticia gracias a Blonde, la nueva película biográfica protagonizada por Ana De Armas en el papel de la bomba rubia de Hollywood.

    Blonde, escrita y dirigida por Andrew Dominik, es una adaptación de la novela homónima de Joyce Carol Oates, del año 2000, y se estrenó en el Festival de Venecia de 2022, recibiendo una ovación de 14 minutos.

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    Pero otras críticas no han sido tan elogiosas, dado el enfoque gráfico de los angustiosos y traumáticos abusos que Monroe -nacida como Norma Jeane Mortenson- sufrió a lo largo de su vida en la película, por no mencionar el hecho de que la pura ficción se entreteje continuamente en la narración. Sin embargo, hay algunas partes de la vida de Monroe que son completamente reales, como sus tres matrimonios.

    Su primer marido, con el que se casó a los 16 años, fue James Dougherty, un trabajador de una fábrica. Su segundo marido fue la estrella del béisbol Joe DiMaggio (interpretado por Bobby Cannavale en la película). La relación estuvo repleta de abusos y su matrimonio terminó apenas un año después, en 1955. Pero su romance más conocido fue sin duda el que mantuvo con el dramaturgo Arthur Miller, que duró seis años, hasta 1961. Al principio se les consideraba una pareja extraña: el gran literato y su glamurosa pareja, una estrella de cine, pero acabó siendo una de las relaciones amorosas más importantes de su vida.

    united states   january 07  marilyn monroe and husband arthur miller in car at idlewild airport after arriving from kingston, jamaica  photo by jack clarityny daily news archive via getty images

    New York Daily News ArchiveGetty Images

    ¿Cómo empezó la historia de amor?

    A principios de los años 50, Arthur Miller (interpretado por Adrien Brody en Blonde) estaba casado con Mary Slattery, y Monroe estaba en la cima de su estrellato, había protagonizado películas como Niágara y Los caballeros las prefieren rubias. Según cuenta Donald Spoto en Marilyn Monroe: The Biography, Miller y Monroe fueron presentados por primera vez en esta época por el director Elia Kazan.

    En 1955, la pareja estaba inmersa en una historia de amor en toda regla, que se convirtió en algo serio tras separarse de sus cónyuges. Sin embargo, en el marco de la caza de brujas de McCarthy contra los comunistas en EE UU, el FBI investigaba a Miller y lo señaló ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes, por lo que fue llamado a declarar. Un columnista de cotilleos se refirió a Monroe como “el niño mimado de la intelligentsia de izquierdas, varios de los cuales figuran como testaferros de los rojos”. Esto enfureció a los jefes de los estudios, que advirtieron a Monroe que debía poner fin a la relación, pero ella se negó. El FBI también abrió un expediente sobre Monroe.

    Durante este tiempo, Monroe, a través de una serie de cartas, reveló sus verdaderos sentimientos de amor hacia Miller y explicó por qué decidió permanecer junto a él. Como se recoge en Fragmentos: Poemas, notas íntimas y cartas, escribió: “Me preocupa mucho proteger a Arthur. Le quiero, y es la única persona-ser humano que he conocido que puedo amar no sólo como un hombre por el que me siento atraída prácticamente fuera de mis sentidos, sino que es la única persona en la que confío tanto como en mí misma”.

    Según The Mirror, el biógrafo de Miller, el profesor Bigsby, dijo: “Estaba completamente enamorado de ella. Fue sin duda una historia de amor. Una de sus cartas de amor para ella era una efusión de amor casi adolescente”.

    El 29 de junio de 1956, la pareja se presentó en el juzgado del condado de Westchester en White Plains, Nueva York, donde se casaron en una rápida ceremonia civil de cuatro minutos de duración a cargo del juez Seymour Rabinowitz.

    La boda judía, religión a la que Monroe se convirtió, se celebró unos días después, el 1 de julio, en la casa de Kay Brown, agente de Miller. Monroe, que nunca supo quién era su verdadero padre, fue entregada por su profesor de interpretación, Lee Strasberg, y la pareja se ofreció anillos de boda que llevaban inscrito “ahora es para siempre”. Más tarde, Variety conmemoró el acontecimiento con un reportaje titulado: “Cabeza de Huevo se casa con Reloj de Arena”.

    Sin embargo, su intensa agenda de rodaje y los problemas de salud empezaron a pasar factura a Monroe. Ese mismo año sufrió un aborto, y después de tomarse 18 meses de descanso para centrarse en su relación con Miller, sufrió un embarazo ectópico en 1957 y otro aborto. En Marilyn: The Passion and the Paradox, Lois Banner describe cómo, en esta época, Monroe fue hospitalizada brevemente tras tomar una sobredosis de barbitúricos.

    Miller y Monroe hicieron algo que muchos consideraban peligroso, y mezclaron el trabajo con el placer. Miller acabó escribiendo o reescribiendo varias producciones de Monroe, como El multimillonario, de 1960, y la última película en la que apareció, Vidas rebeldes, de 1961.

    El final de su historia de amor

    Las grietas en su matrimonio empezaban a manifestarse, y en el rodaje de El multimillonario, Monroe tuvo una aventura con su compañero de reparto, Yves Montand. Mientras tanto, Miller entabló una relación con la fotógrafa Inge Morath, con la que posteriormente se casó y tuvo hijos.

    Todo estaba listo para sentencia cuando, en una escena sacada de una película de Hollywood, y según History Today, Monroe encontró un cuaderno de Miller abierto sobre una mesa. Como si viera un accidente de coche, fue incapaz de apartar la vista: “Descubrió que él estaba decepcionado con ella, que temía que su propia creatividad se viera amenazada por esta penosa, dependiente e imprevisible niña con la que se había casado y que se arrepentía seriamente de la unión”. Marilyn contó a sus amigos que él también escribió: ‘La única persona a la que amaré siempre es mi hija'”. Vanity Fair declaró más tarde: “Uno de sus mayores temores, el de decepcionar a quienes amaba, se había hecho realidad”.

    La pareja se separó oficialmente tras el rodaje de Vidas rebeldes y se divorció en México -un divorcio más fácil, rápido y barato que en Estados Unidos y que podía llevarse a cabo lejos del objetivo indiscreto de las cámaras de los paparazzi-.

    Monroe murió poco después, a los 36 años, de una sobredosis de barbitúricos el 5 de agosto de 1962. Miller no asistió a su funeral. En un ensayo escrito por Miller en aquella época -según The Independent– explicaba el motivo: “En lugar de acudir al funeral para hacerme una foto, decidí quedarme en casa y dejar que los dolientes públicos terminaran de burlarse… Ella fue destruida por muchas cosas y algunas de esas cosas eres tú. Y algunas de esas cosas te están destruyendo. Destruyéndote ahora. Ahora que estás ahí llorando y embobado, alégrate de que no seas tú el que vaya a la tierra, alégrate de que sea esta encantadora chica a la que por fin has matado”. Murió a los 89 años en 2005.

    Blonde ya está disponible en Netflix.



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